No hace mucho se ha publicó el estudio EVADUR (Emergencias 2010; 22: 415-428), que puso de manifiesto que el 12% de los pacientes visitados en urgencias sufre algún tipo de incidente o efecto adverso y que la segunda causa más frecuente es la medicación (37,5%).
El grupo FASTER detectó que un 79% de los pacientes en urgencias presentan discrepancias entre la medicación que realmente tomaban antes de acudir a urgencias del hospital y la que figuraba registrada en las historias clínicas. Además, la interrupción brusca de alguno de los medicamentos puede provocar un síndrome de retirada, una exacerbación de la patología subyacente, empeorando el estado del paciente y/o complicando el cuado agudo que le hizo acudir a urgencias o incluso generar un nuevo problema de salud. Pero también el mantenimiento de alguno de los medicamentos, en determinadas circunstancias (fallo renal, fallo hepático, sangrado, depresión respiratoria, intoxicación, etc.) puede suponer un riesgo para el paciente, por lo que deben ser interrumpidos temporalmente hasta estabilizar al mismo.
Una de las estrategias que se utilizan para minimizar estos EA relacionados con la medicación es la conciliación, que se define como el proceso formal y estandarizado de obtener la lista completa de la medicación previa de un paciente, compararla con la prescripción activa, y analizar y resolver las discrepancias encontradas. Organizaciones internacionales como la Joint Commission on the Accreditation of Healthcare Organizations, la Organización Mundial de la Salud, la National Institute for Health and Clinical Excellence o la National Patient Safety Agency contemplan la conciliación entre los objetivos para mejorar la seguridad de los pacientes.
La “Guía para la Conciliación de los Medicamentos en los Servicios de Urgencias” del grupo FASTER incluye medicamentos o grupos de medicamentos ordenados por patologías. Para cada uno de ellos se ha tenido en cuenta:
- Tiempo máximo que debe transcurrir para llevar a cabo la conciliación: 4 h para los medicamentos de alto riesgo o de corta semivida plasmática y 24 h para el resto.
- Presencia o no de síndrome de retirada: cuando la suspensión brusca de un medicamento produce efectos indeseables o de rebote.
- Manejo en urgencias: medicamentos que han de monitorizarse, interacciones, efectos adversos más relevantes.
El equipo de RedFastER.
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